sábado, 23 de junio de 2012

Poema a uno de mis fantasmas





Me gusta pensar que vas diciéndote cosas
& que nada de eso me puede tocar.
Estamos juntos, cada vez más lejos
O cada vez más cerca, no lo sabré yo.
Pero esa voz no se apaga;
¿O solo vives en mí?
Responde acaso escuchas lo que me digo
Escribiéndomelo en esta mañana que vibra
Como mi garganta que parece vieja y abultada.
Pero bien, las cosas así o de otra manera
Son las cosas y aprovecho la inutilidad
De esta fuerza que tengo para que escuches
Con tus ojos enternecidos por ese ruido
Atávico, un ruido lejano viajando en un hilo
Invisible por la sangre caliente
De los hombres;
Que somos dos respirando el mismo aire,
Avanzando gracias a la misma idea.
Y ojalá esta voz no te toque sin embargo,
Ojalá ninguna sombra de ninguna nube
Te oscurezca la vida, aunque sea por
Un breve momento.
Ojalá ninguna desgracia de ninguna
Página te detenga a pensar estupideces,
Ojalá no seas tú a cada momento esto.

jueves, 21 de junio de 2012

Rubem Fonseca




Escribe una historia de amor, dijo la enfermera, y ya era noche
avanzada y fui hacia la casa, entré tambaleante y dije a Ligia que estaba en la
cama durmiendo, ¿la historia que estamos escribiendo es de amor?, pero
Ligia no me respondió, permaneció en su sueño profundo. Entonces vi el
recado en la mesita de la cabecera, junto con el frasco vació de píldoras
tranquilizantes: José, adiós, sin ti no puedo vivir, no te culpo de nada, te
perdono; quiera Dios que un día te conviertas en un buen escritor, pero me
parece difícil; viviría contigo, aunque impotente, pero tampoco de eso tienes
la culpa, pobre infeliz. Ligia Castelo Branco. Sacudí a Ligia con fuerza, pero
estaba en coma. Intenté telefonear, pero mi teléfono está descompuesto, zut,
zut, Gustave, le mot juste, bajé las escaleras corriendo, cuando llegué a la
cabina, vi que no tenía ficha para el aparato y a aquella hora estaba todo
cerrado. Y de repente, ¡diablos!, apareció un asaltante, ¡rayos!, ¡maldita
desgracia!, pero no, no, ahí reconocí al asaltante, era el mismo negro al que
yo había disparado, ¡estaba vivo! Él también me reconoció y salió corriendo,
quizá con miedo de llevarse otro tiro. Corrí detrás de él gritando, ¡eh!, ¡eh!,
¿tienes una ficha de teléfono?, mi mujer lo está pasando mal, necesito llamar
a la Cruz Roja y corrimos unos mil metros hasta que se detuvo, respirando
con dificultad, estaba desnutrido y enfermo, y apenas y consiguió decir
jadeante, por favor, no me des un tiro, soy casado y tengo hijos que
mantener.


Amarguras de un joven escritor


martes, 19 de junio de 2012

Dave Brubeck - Fujiyama


Helvert Barrabás, Talquino




Círculo trágico de colibríes & helicópteros / cáncer de hombre / hueles a modernidad empobrecida

En los circuitos del sistema colosal / trastabillas como procesión de borracho alcohólico / fatigado e inconcluso / que cae como escalera / en el abismo de monumentos derrocados / de la esclavitud institucionalizada / de una soberanía soterrada

Hombre amargo / con el rostro arrastrado en kilómetros / sabes a uva de invierno / despojado & humillado / arrojado como presa rancia a los cuarteles reclutados

Mi canto es el de una Rokha bruta / himno nefasto enterrado veintiún pies bajo tierra / pintarrajeado de la historia sanguinaria & mentirosa

El huaso va henchido como sapo / con la garganta tiesa de vino / con una voz que raja el cielo / como estadio atiborrado / de metralletas & calabozos

Chiquillos torpes de ciudades claustrofóbicas / se arrinconan como huracanes reprimidos en las academias mercantilistas / maniatados con camisas de seda & estrangulados de corbatas burguesas / rebosados de insignias y galardones en los manicomios anglosajones

La estrella se cose cada año en la bandera / como tradición parásita / de una aristocracia arrancada de un burdel / apátrida & patriótica / para que la muchedumbre bruta se degüelle en nombre de fantasmas

La muchedumbre insólita / se deslumbra con desfiles aeronáuticos / ocultando en los bolsillos / los crepúsculos y el azote de las lluvias ancestrales

Hombre necio / la ciencia adivina tus pasos / la publicidad horripilante del siglo nefasto te venda el pensamiento / te arroja como carnada a los buitres del capital / que alzan sus manos desbordadas de cornucopias / en el edén acuchillado por las máquinas.